11/19/2007

Articulillos sobre prevención de accidentes de tráfico...que luego acaban en la UCI...



http://www.dya.es/cas/articulos_doctor.php

Si el tráfico es en muchos aspectos un mal de nuestros tiempos, como se dice, debemos aprender a soportarlo, tratando de paliar los problemas que del mismo se deriven.El número de vehículos circulante se incrementa en porcentajes que no cesan, más o menos pero sin pausa. El automóvil –exponente auténtico de desarrollo-, ofrece lo que ningún otro medio de transporte: independencia, movilidad personal, economía de tiempo y muy probable agilización de la vida propia.

Muchas veces preferimos el coche que ningún otro artículo de necesidad, porque el automóvil es consustancial con la época en que vivimos y debe considerársele ya como un artículo más dentro de la lista de imprescindibles, aún cuando se graven sobre el mismo impuestos sin medida, como si de un artículo de súper lujo se tratara.

Pero el uso y abuso del vehículo trae aparejado una serie de inconvenientes que en la circulación urbana se agudizan por el hecho de los problemas circulatorios que originan, como consecuencia de la enorme desproporción que existe entre el número de vehículos circulante y el espacio útil para albergarlos.

Y, ya de peatón ¿qué podemos hacer frente a la realidad de un tráfico que nos arrolla?. Al menos debemos afrontarlo, conociéndolo previamente. La circulación de nuestros días resulta tan intensa, agobiante y molesta que debemos conocerla para mejor soportarla, pues obligadamente quedamos inmersos en ella desde que se traspasa el umbral del domicilio iniciándose con ello las dificultades, quizá ya al realizar el primer intento de cruzar la calzada, agudizándose si se trata de un niño, anciano, impedido o con cochecito de niño.

Esta situación de circular como viandante no permite desenvolverse con comodidad al tener que vencer en ocasiones los problemas que generan los vehículos deficitariamente estacionados, por penuria de espacios para poder albergar a tanto vehículo.

Conductores sin educación cívica que detienen y estacionan sus vehículos donde mayor comodidad les supone y peatones que cruzan la calzada por donde les viene en gana y a veces por donde pueden. Estas actitudes de conductores y viandantes agudizan las situaciones conflictivas hasta extremos insospechados.

Ambos, automovilistas y peatones –que además lo somos todos-, no hemos sido educados en esta nueva asignatura que es el tráfico y que obligadamente, en adelante, tendremos que incorporarla a nuestros conocimientos básicos, aunque damos por hecho que nadie nos va a educar para sobrellevar este cúmulo de dificultades que genera el tráfico y quizá en menor cuantía al viandante, al olvidado y vulnerable peatón.

El hombre y sobre todo el ciudadano está cercado, envuelto en todo aquello que precisamente ha incorporado a su vida: el tráfico que nos ahoga y asfixia y que si queremos superarlo tendremos que afrontarlo asimilando esta importante asignatura de la cual dependerá ya nuestro futuro de forma creciente.

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