11/15/2009

LA INCERTIDUMBRE ECONÓMICA Y LABORAL AFECTA A UN 60% DE LOS TRABAJADORES SEGÚN UN ESTUDIO


Un estudio, realizado por investigadores del área de Derecho del Trabajo de la Universidad de León y se encuentra entre los finalistas del Premio Caja Madrid de Investigación Social 2009, concluye que hasta el 60% de los españoles reconoce que sufre algún problema psicológico relacionado con su situación laboral, siendo los más frecuentes problemas de ansiedad, trastornos del sueño o estrés, entre otros.



En este trabajo se revela que, efectivamente, existe un perfil de trabajador que presentaría un mayor riesgo de sufrir alteraciones psicológicas. Las personas excesivamente activas, competitivas, agresivas, hostiles, perfeccionistas, etc., presentarían, según los datos de este estudio, una mayor probabilidad de sufrir burnout o síndrome del quemado en el trabajo, estrés laboral o adicción al trabajo, también conocida como la "gripe del yuppie", entre otros. En realidad, estas características son lo que desde hace años en el campo de la Psicología se conoce como personalidad tipo A que, no sólo incrementa la vulnerabilidad a tener problemas de estrés en el trabajo, sino que también puede contribuir a la aparición de problemas de salud tan importantes como las enfermedades cardiovasculares, la hipertensión arterial, etc.

Quizá, una de las aportaciones más importantes de este estudio es constata empíricamente, al menos en su grupo de participantes, que, efectivamente, la situación económica y laboral que se vive en la actualidad está pasando factura a la salud psicológica de los trabajadores. La percepción de inestabilidad en el empleo, los contratos precarios, la inseguridad laboral, las altas demandas laborales y emocionales, la dificultad para conciliar el trabajo con la vida familiar, etc., serían factores que incrementarían el riesgo de padecer cualquiera de los problemas psicológicos ya mencionados. 

Así mismo, se identifican otros factores que pueden incrementar dicho riesgo: percepción de una baja capacidad para la toma de decisiones relacionadas con el trabajo, sensación de demandas profesionales excesivas y percepción de bajo apoyo social por parte de los compañeros. Finalmente, los autores proponen pautas de actuación concretas para minimizar el impacto de dichos factores de riesgo en la salud del trabajador, así como defienden la necesidad de la detección precoz de los grupos de riesgo (mujeres, empleados cercanos a la edad de jubilación, perfil tipo A, etc.) con el objetivo de diseñar protocolos de prevención o de intervención, en caso de que llegara a ser necesario.

Fuente: adn.es

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