Este blog describe lo que se vive con los pacientes críticos, es decir, cuando están "muy malitos". La VOZ de lo que pasa dentro de las paredes de una UCI o en la calle dentro de una ambulancia de SVA con los servicios de emergencias. Se abren las puertas a todos para que puedan participar en el día a día de los que cuidan a pacientes críticos.
10/01/2009
Sanitarios reciben clases de defensa ante la escalada de agresiones de pacientes y familiares
Sanitarios reciben clases de defensa ante la escalada de agresiones de pacientes y familiares
Aprenden técnicas para prevenir las situaciones de riesgo y zafarse de los atacantes
CARMEN BARREIRO| BILBAO
El personal sanitario tiene dieciséis veces más posibilidades de sufrir un ataque violento que cualquier otro trabajador. Médicos, enfermeras y auxiliares se enfrentan cada día a un mayor número de situaciones de riesgo como consecuencia del incremento de agresiones físicas y verbales registrado en hospitales y ambulatorios en los últimos años. La reacción de un paciente o de sus familiares ante lo que consideran un trato inadecuado o una demanda insatisfecha es imprevisible y los profesionales se sienten «desprotegidos» e «indefensos». Sólo el año pasado se denunciaron más de un centenar de agresiones en la red pública vasca.
La escalada de violencia que se vive en los centros asistenciales -más de la mitad de las denuncias por ataques en el trabajo pertenecen al colectivo sanitario- ha llevado a que muchos de los profesionales que desarrollan su labor en unidades conflictivas reciban cursos de formación para aprender a manejarse en situaciones de riesgo y no quedar a expensas del agresor. Los instructores de Cife Academia enseñan a médicos, enfermeras, auxiliares y psicólogos de Osakidetza un sistema específico de autoprotección integral para el personal de la Sanidad, denominado AIPS. Se trata de que sepan cómo prevenir y afrontar todo tipo de situaciones peligrosas que pongan en riesgo su integridad física «sin bloquearse ni llegar a las manos».
«Los talleres de formación no tienen nada que ver con las artes marciales ni la defensa personal porque no es lo que precisa el personal sanitario. La clave está en adaptar las clases a las necesidades de cada uno. No es lo mismo trabajar de enfermera en un hospital psiquiátrico que ser médico en un ambulatorio. Las situaciones a las que se enfrentan son diferentes y los métodos de defensa que deben utilizar también», explica Álex Esteve, profesor de los cursos de autoprotección y miembro de la unidad de formación del FBI de Los Ángeles.
Los instructores enseñan a los profesionales las herramientas necesarias para poder «reconducir un episodio conflictivo» sin que ninguna de las partes implicadas resulte herida. Un movimiento certero o una palabra en el momento justo pueden cortar de raíz una actitud violenta. Una de las claves para reducir el número de agresiones en ambulatorios y hospitales es la prevención. Sólo con cambiar la distribución del mobiliario en los ambulatorios o las unidades hospitalarias más conflictivas «caerían en picado las denuncias».
Bolígrafos letales
«La mayoría de las consultas están diseñadas de manera que el médico no tiene escapatoria posible si sufre un intento de agresión. Es un contrasentido que la mesa se coloque al fondo de la habitación cuando es más operativo poner el escritorio al lado de la puerta para que pueda escapar si la cosa se complica», advierte la instructora Vanessa Adán, enfermera de centros psiquiátricos penitenciarios. Los sanitarios también deben evitar, en la medida de lo posible, estar rodeados de objetos que puedan ser utilizados como arma. Una persona encolerizada puede recurrir a cualquier cosa para atacar a su víctima. «Desde una grapadora hasta los bolígrafos que los facultativos llevan en el bolsillo de la bata pueden ser letales», coinciden los instructores. Más de la mitad de los médicos españoles (64%) han recibido amenazas en sus centros de trabajo y uno de cada diez han sido víctimas de una agresión.
El doctor Juan Carlos Fernández, Jefe de Prevención del hospital de Basurto, ha organizado y participado en dos de los cursos que Cife Academia ha impartido en la comunidad autónoma vasca y la experiencia le ha resultado muy «enriquecedora». «Nos enseñan técnicas muy básicas, pero que son tremendamente eficaces. Un agarre o una sujeción correcta puede evitar una situación muy complicada», explica el facultativo bilbaíno.
Medio centenar de médicos de Primaria y Urgencias de Osakidetza han participado entre ayer y hoy en un nuevo taller de autodefensa celebrado en Bilbao.
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