Por qué no hablamos o hablamos poco del miedo, si es un síntoma que padecen todos los enfermos y sus familiares en mayor o menor medida.
Según Albert J. Jovell, presidente del Foro Español de Pacientes y director General de la Fundación Josep Laporte, el miedo es un síntoma presente en los enfermos y nunca se pregunta por él.
“Imagínate que tú estás en esa cama de UCI, con un tubo en la boca, con tubos y cables por todo tu cuerpo. Que estás despierto y oyes mucho ruido, personas que hablan, gente que grita. No tienes mucho dolor y estás lento en tus movimientos. No recuerdas muy bien lo que pasó, o sí lo recuerdas. Da igual porque lo que sientes de repente es un miedo que te invade todo el cuerpo como un gas indoloro. Intentas controlarlo pero no puedes, tú solo no puedes, nadie se acerca a ti, estás solo y nadie te habla ni te explica nada de lo que ocurre. Pasa un rato, se acerca alguien, le miras a los ojos y ves en su mirada también miedo e incomodidad…no te puedes olvidar del miedo porque los demás te lo recuerdan.”
Existe el "síndrome de desasosiego" que acompaña a las personas enfermas, conocido como síndrome de las diez D: desánimo, desdicha, desolación, desaliento, desgracia, desencanto, desazón, desconcierto, desamparo y desconfianza. Esto refleja el estado de ánimo y los sentimientos que tiene una persona enferma.
El miedo se asocia a la soledad y a la incertidumbre. Dependiendo de la enfermedad que se tenga, el miedo se manifiesta de forma diferente: miedo a empeorar, miedo al dolor, miedo a la muerte, miedo a la espera y otros miedos. Es un síntoma que está presente en todos los pacientes, pero nunca se pregunta por él; debe ser porque es un síntoma del enfermo, no de la enfermedad.
Los primeros tratamientos para paliar el miedo aparecen en las biografías de los prisioneros en los campos de concentración. Viktor Frankl, un psiquiatra y prisionero nazi, habla de la logoterapia y el encontrar sentido a la vida, como estrategia de supervivencia que permite la convivencia pacífica con el miedo y el desasosiego. Así no erradicaremos el miedo pero aprenderemos a convivir con él.
El profesor Ramón Bayés también habla de la necesidad de tener esperanza y de sus efectos positivos sobre la salud. Y que debería considerarse el miedo como un problema de salud. Sería bueno que reflexionáramos sobre lo dañino que es el miedo y la necesidad de dar esperanza y compasión para aliviarlo. Una compasión que vamos perdiendo los profesionales de la salud con el paso de los años, con el fin de buscar una posición más cómoda, distanciándonos e ignorando al paciente y pasando a tratar solo enfermedades.
Esto tiene un enorme significado para la Enfermería, porque el objetivo de procurar el confort y el mejor cuidado de los pacientes, es inalcanzable sin su contribución. Albert J. Jovell, confía en las enfermeras: "Vosotras tenéis una virtud que los médicos estamos perdiendo, podéis tocar a los pacientes". Además, las enfermeras tienen una posición privilegiada de mediación e interpretación. Pero, hay que ser realistas, la Enfermería forma parte del actual sistema biologicista y algunas de sus carencias, como la despersonalización de la asistencia, la falta de empatía, la falta de intimidad, etc.,
Más importante es cuidar y confortar que curar. No podemos ser indiferentes al miedo. La esperanza, la compasión, el acompañamiento y la empatía son prácticas de relaciones humanas que debemos aprender y evaluar. Conseguiremos la modernización y mejora de la calidad de la atención sanitaria.
5 comentarios:
El sindrome de las 10 D se le puede añadir una que a mi parecer solivantaria en gran parte el problema si se erradicara : DESINFORMACION, tiene tubos por todos lados, nadie te dice nada... normal tener miedo.
Si se le informa y se le implica en los cuidados de salud, quizás en muchos casos este miedo mermaria.
Enhorabuena por el blog.
María, me parece muy acertado tener en cuenta la desinformación del paciente en los "síndromes D" del paciente y su familia. La mayoria de los enfermos y familiares no están bien informados y están con mucha confusión.
Muchas gracias por tu enhorabuena.
Muchas veces las enfermeras que trabajamos en la uci nos olvidamos de este sindrome que puede estar pasando con mi paciente, y es que muchas veces sólo atinamos a mirar a las máquinas y no al paciente, desechemos eso amigos y amigas no olvidemos que nuestra misión es cuidar, y el sólo hecho de un gesto amable con nuestros pacientes para ellos significa mucho,es decir no olvidemos ser enfermeros o enfermeras.
ZAIDA-LAMBAYEQUE-PERU
Llevas razón Pili, tooooooooda la razón. Por eso creo que debemos de hablar más con los pacientes y evaluar muy mucho lo que les decimos (saber qué sí o qué no se les puede decir). No consiste en darle una información llena de tecnicismos ni nada por el estilo, sino lo adecuado a su grado de entendimiento - por su patología o su nivel cultural- y a su fase anímica. Yo creo que nosotros podemos calmar más al paciente y sobre todo a los familiares más que los compañeros médicos. Serzames.
Ponga un enfermero en su vida!!, eh Sergi...!
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