En el último año, por cuestiones de trabajo, el taxi se ha convertido en mi segundo medio de transporte. Ese tiempo me ha servido para percibir que en el espacio interior de este transporte público aún queda mucho trabajo que hacer en cuestión de seguridad. El uso del cinturón de seguridad en los taxis podría calificarse de testimonial.
Por un lado, el taxista, que al igual que los conductores de ambulancia y los policias están exentos del uso del cinturón en vías urbanas siempre y cuando estén de servicio. Tras la última modificación en este apartado que data de 2005, el director de la DGT, Pere Navarro, intentó obligar a los taxistas a usar el cinturón de seguridad en zonas urbanas pero se encontró con la oposición de varias asociaciones de taxistas. La razón esgrimida fue más en cuanto a seguridad personal que a vial. El cinturón puede limitar las posibilidades de reacción ante una agresión física.
Y que pasa con los taxistas que cuentan con mampara. Una vez solucionada la variable de la agresión, ¿cual es su razón para no usar el cinturón?. Pero si los primeros cuentan con la reglamentación de su parte, los que no cuentan con ella son los usuarios. Todos los usuarios están obligados a utilizar el cinturón en todas las vías. Ya sea un trayecto de veinte minutos al aeropuerto vía autovía o de dos callejeando.
¿Pero cuantos usuarios del taxi utilizan el cinturón? Estudios de hace unos años cifraban en un 40% el uso del cinturón en las plazas traseras. Un cifra bastante baja. El pasajero ve que el conductor no lo lleva y piensa que el tampoco debe. Somos conscientes de la necesidad de su uso en nuestros vehículos particulares pero no lo somos en un taxi. Quizás haya muchos usuarios que no sean conscientes de que un accidente urbano, aunque sea a baja velocidad puede tener consecuencias trágicas.
Durante 2008, la Guardia Urbana de Barcelona fue acusada de comenzar a multa a usuarios que no llevaban puesto el cinturón. Ante ello, el Sindicat del Taxi de Catalunya decidió iniciar una campaña distribuyendo adhesivos que se colocaban en el taxi para recordar a los clientes la obligatoriedad del uso del cinturón. Algo que convendría que se recordar más a menudo. Al igual, que pronto habrá que comenzar a hacerlo en los autobuses. Como casi siempre, ya no estamos hablando de la multa en cuestión, estamos hablando de nuestra seguridad.
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