4/06/2007

Una UCI ¿¿¿sin cables????

Todos los cables que rodean a un enfermo para conocer sus constantes vitales y otros datos en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI), en cualquier habitación de un hospital o en su propia casa podrían ser historia en un plazo no demasiado largo. Al menos ése es el objetivo de investigadores de varias empresas tecnológicas malagueñas, lideradas por Airzone, de la Universidad de Málaga (UMA), del Instituto Mediterráneo para el Avance de la Biotecnología y la Investigación Sanitaria (Imabis) –órgano dependiente del Hospital Carlos Haya–, y del Centro Andaluz de Innovación y Tecnologías de la Información y las Comunicaciones (CITIC).

El proyecto, que cuenta con el respaldo del Ministerio de Ciencia y Tecnología, pretende la "adquisición, tratamiento, almacenamiento y distribución de señales biomédicas vitales de manera inalámbrica en UCI, centros de urgencia, hospitalización domiciliaria y en el seguimiento continuo durante el desarrollo habitual de la vida del paciente". Los investigadores señalan que la implantación de ese nuevo sistema "conllevará un impacto social muy favorable, en especial para personas de edad avanzada, habitantes de zonas rurales, enfermos crónicos y discapacitados". La idea surgió en el año 2003 cuando varios médicos de Carlos Haya y miembros de la UMA hablaron del exceso de cables que tenían los pacientes, especialmente en zonas de mayor dificultad de movimientos como la UCI. Fue entonces cuando se empezó a plantear la posibilidad de desarrollar un sistema de monitorización inalámbrica.

Una de las empresas con mayor bagaje mundial en este área es la malagueña Cetecom, que hizo los primeros estudios en colaboración con cuatro ingenieros de CITIC. "Ahí empezó a germinar la semilla, se trabajó en el aparato y se vio que el proyecto podía ser viable a comienzos de 2005", explica Antonio Mediato, director de Airzone.

Con el prototipo encima de la mesa, los investigadores buscaron una empresa que fuera capaz de producirlo en serie y comercializarlo. La elegida fue Airzone, un fabricante malagueño de sistemas de climatización que diversifica así hacia el segmento de la eSalud o tecnología sanitaria. Mediato señala que "el sistema está ya muy avanzado y empezaremos a hacer las primeras pruebas en septiembre en el hospital Carlos Haya de Málaga y en otros dos hospitales en Sevilla e Italia". Se prevé que en seis meses se puedan validar las pruebas y comenzar la venta.

Hasta aquí todo parece fácil. Pero no lo es. Se trata de que un paciente pueda estar continuamente vigilado médicamente sin tener que estar sujeto a cables y, por tanto, con una libertad de movimiento. "Tenemos que hacer camisetas con sensores y otros mecanismos muy complejos", afirma el director de Airzone. También hay que salvar otros obstáculos. Uno de ellos es que estos sistemas sólo funcionan con un determinado número de equipos y la idea es que se pueda usar de forma ilimitada. Los investigadores tienen que controlar, además, que el consumo energético sea bajo, el momento justo en que haya que recargar las baterías del sistema con unos días de antelación, que el diseño y el tamaño permitan que sea fácilmente trasladable, etcétera.

En Airzone hay 10 personas trabajando sólo para este proyecto pues aunque en el mercado ya hay algunos sistemas de monitorización sin cables de forma individual, "ésta va a ser la primera vez que se plantea crear un sistema de este tipo en red", asegura Mediato, quien confía ciegamente en las posibilidades de este nuevo invento. "Si nos sale bien vamos a ser punteros en todo el mundo porque nadie tiene esta tecnología. Va a ser una revolución en el ámbito sanitario igual que, por ejemplo, cuando se empezó a operar con cirugía mayor ambulatoria en un sólo día y luego te ibas a tu casa".

Esta investigación es un reto para Airzone y también para CITIC, ya que éste es uno de los 26 proyectos que actualmente tiene en marcha o en espera de ser aprobado esta fundación constituida en 2002 y que actualmente aglutina a 35 firmas e instituciones públicas y privadas representativas del sector tecnológico andaluz. Su sede central está en el PTA, está encabezado por Francisco Barrionuevo –presidente de Novasoft–, y participan 13 empresas malagueñas entre las que se encuentran la propia Novasoft, Cetecom, Aertec o Ingenia.

En estos cuatro años CITIC ha ido creciendo a paso lento pero seguro. Ha duplicado su plantilla hasta los 30 trabajadores –la mayoría son ingenieros e informáticos– y ya ha realizado 11 proyectos. Su objetivo, en principio, no es ganar dinero sino fomentar la investigación y el desarrollo (I+D) mediante una mayor sinergia entre la universidad y la empresa. "Somos la parte intermedia que le dice a los universitarios qué aplicaciones tecnológicas necesitan las empresas", afirman desde la Fundación. La tecnología sanitaria es su principal rama aunque también está haciendo actuaciones en entornos virtuales de colaboración o inteligencia artificial.

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