¿Es real la alarma que se está creando???

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Problemas en la Sanidad
Nadie puede garantizar que quienes ahora inician su formación MIR en medicina de familia, no cambien de actitud, y lo demuestra el hecho de que son las plazas que más tarde se cubren.
08/06/2008 JESÚS ACOSTA*

Ya es un clamor que en el sector sanitario se está generando un importante problema derivado de la escasez de profesionales médicos. Ni la apertura de nuevas facultades, ni siquiera algo más coherente como ampliar el cupo de alumnos de las nuevas promociones de medicina, va a ser la solución que las administraciones sanitarias necesitan para resolver la falta de efectivos.
Dado el actual periodo formativo de un médico, todos los que inicien su andadura universitaria en el presente curso no estarán disponibles para el ejercicio en la sanidad pública hasta dentro de una década.
Nadie puede garantizar tampoco que quienes ahora inician su formación MIR en medicina de familia, no cambien de actitud y vuelvan a presentarse en busca de otra especialidad más atractiva. Las últimas convocatorias ya han dejado claro que esta disciplina no interesa a los nuevos licenciados, y lo demuestra el hecho de que son las plazas que más tarde se cubren en el periodo de oferta, hasta un 13%(253) de las plazas de familia han quedado vacantes este año.
Las principales razones que esgrimen los médicos para no interesarse por la Primaria son el bajo prestigio de este nivel asistencial frente a otras especialidades hospitalarias, salarios menos competitivos y menor proyección profesional, desarrollo de la actividad en áreas rurales o aisladas, escaso acceso a las tecnologías y a la investigación, jornadas laborales ordinarias sin solución de continuidad con las de guardia, consultas masificadas, burocratización excesiva y un contexto en la relación médico-paciente cada vez más deteriorada.
El usuario actual también tiene algo que ver con esta situación. Se prima la inmediatez, las expectativas de resolución del sistema se han exaltado. Se tiene la convicción de que la medicina tiene respuestas para casi todo. La medicalización de los problemas banales, la falta de desarrollo de otras redes de apoyo ante situaciones más de naturaleza social que estrictamente sanitaria, dependencia, desestructuración familiar, precariedad laboral, migraciones, stress social, etcétera. Todo ello conduce a un incremento de la demanda que tiende hacia el infinito.
La medicina ya no sólo se encarga de cubrir las necesidades médicas reales sino que se ha transformado en un bien de consumo con algunas peculiaridades, es muy accesible, es gratuita y tiene un espectro de cobertura universal y además se desdibujan con facilidad los límites entre la demanda superflua y la necesaria. El empoderamiento del usuario se antepone a cualquier medida de racionalización o de eficiencia en el gasto.
La plétora de licenciados de los años 80 condujo al establecimiento del numerus clausus en las facultades de medicina. Entonces fue una medida acertada, pero nadie se acordó de revisarla. Ni siquiera después de que el panorama demográfico español experimentase cambios notables, migraciones interiores, inmigración exterior, envejecimiento poblacional y traspaso de competencias sanitarias a las CCAA.
Apenas hace unos años, el crecimiento vegetativo español presentaba un saldo negativo. Parecía que nos iban a sobrar pediatras. Actualmente es una de las especialidades más deficitarias.
Se dice que la ratio española médicos/100.000 habs. está suficientemente proporcionada, pero ni siquiera el ministerio dispone de un registro para hacer esta valoración con la precisión debida y las fuentes de información que se manejan están sujetas a importantes sesgos. Podemos saber los licenciados que tenemos pero no tanto si están disponibles ni dónde están. Se convoca una oposición para cubrir 70 plazas de familia y se presentan 700 pero luego parecen esfumarse.
Se dice que hay un problema de distribución. Si, es cierto, pero como se va modificar la distribución? ¿Se van a reubicar los recursos atendiendo a las tendencias demográficas?
En Extremadura esta situación es particularmente delicada. La baja densidad poblacional y un área extensa de territorio exigen disponer en activo un amplio contingente profesional para mantener una buena cobertura asistencial.
Ahora bien, con el déficit actual de médicos no es posible limitarse a repartir las tareas entre los recursos existentes de manera indefinida sin establecer políticas de incentivación que compensen el sobreesfuerzo, en particular de aquellos médicos que trabajan en zonas poco atractivas para el ejercicio profesional.
Parece por consiguiente necesario rediseñar el mapa de recursos ajustando racionalmente las necesidades con los medios disponibles, garantizando la continuidad asistencial, pero también favoreciendo la creación de espacios laborales satisfactorios y estimulantes que permitan estabilizar a los profesionales en sus plazas sin menoscabo de sus derechos.
*Médico de Atención Primaria.
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