Manifiesto de la Profesión Enfermera
Se finaliza este manifiesto con cuatro mensajes muy claros:
El primero es para el poder político y las administraciones sanitarias: La enfermería constituye hoy en día el principal activo de unos sistemas públicos de salud sostenibles y de calidad guiados por un nuevo profesionalismo ético que la enfermería representa hoy en día como ninguna otra profesión. Si quieren garantizar el futuro de los servicios públicos de salud sólo pueden hacerlo de la mano de más de 200.000 enfermeras motivadas y que sienten que se reconoce de manera efectiva su excepcional aportación a la sostenibilidad del Sistema Nacional de Salud.
El segundo es para la profesión médica: Este manifiesto no representa una amenaza más que para las actitudes y conductas más arcaicas y apolilladas dentro de su profesión. La enfermería del siglo XXI va a trabajar mano a mano con la medicina en una posición, ni dependiente ni independiente, sino interdependiente. Somos dos profesiones tituladas facultativas; las enfermeras tenemos que atender todas las necesidades básicas de nuestros pacientes, entre ellas las derivadas de los tratamientos médicos, concretadas, como no podría ser de otra manera, por los médicos. Pero ello no significa que la enfermería sea básicamente un recurso médico más que se limita a garantizar la continuidad de los cuidados. La enfermería es una disciplina científica, como la medicina, coincidentes ambas en unos mismos entornos asistenciales, pero con unos ámbitos de aplicación especializados que sólo pueden ser llevados a cabo por personal de enfermería cualificado a través de un método científico y el juicio clínico, desarrollado todo ello a través de un proceso: el Proceso Enfermero.
El tercero es para el resto de los agentes profesionales enfermeros, es decir, los colegios provinciales no alineados, los sindicatos de enfermería, las sociedades y asociaciones científicas, la blogosfera sanitaria, etc: Ha llegado el momento de decidir entre cambio y continuidad, entre pasado y futuro, sin que sea posible ampararse en una supuesta neutralidad sindical o científica. La situación de nuestra profesión no es buena, pero puede llegar a ser mucho peor y por eso ahora ya toca ir más allá de declaraciones retóricas y dar un paso al frente en defensa de nuestros valores profesionales. A aquel lado o a éste, ya no hay puntos neutrales, las élites enfermeras tendrán que definirse definitivamente frente a las bases profesionales y decidir si quieren formar parte del viejo orden o de los nuevos escenarios.
Y el cuarto y más importante, como no podía ser menos, es para la sociedad y para nuestros pacientes: Las enfermeras queremos que toméis conciencia de que somos profesionales titulados y competentes que queremos y sabemos hacer compatibles la ciencia y la humanidad, nuestros conocimientos con nuestra dedicación. No nos basta con que reconozcáis nuestra entrega y vocación de ayuda, necesitamos el reconocimiento social que creemos merecer como una profesión moderna y capacitada, para acabar con esta ingrata invisibilidad social en la que siempre nos hemos tenido que mover. Cualquier profesión necesita que se le reconozcan sus aportaciones, porque esta y no otra es la verdadera base de la motivación y sólo una enfermería verdaderamente motivada puede garantizar el mejor nivel de calidad y calidez de los cuidados enfermeros.
Quienes nos adherimos a este manifiesto lo hacemos con orgullo de pertenecer a nuestra profesión y con seguridad y confianza en que estas ideas y propuestas pueden ser compartidas por la inmensa mayor parte de nuestras compañeras y compañeros. Sabemos que el tiempo de las quejas en voz baja ha pasado y que ya es el momento de una verdadera movilización surgida desde nosotras mismas, la enfermería asistencial, y no desde unas u otras élites o intereses.
Madrid, 16 de junio de 2011
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