Lunes, 14/7/2008
Opinión
Elpais.com
Donaciones
FAMILIA ALONSO-PASCUAL - Madrid - 14/07/2008
Después de un camino tortuoso por la enfermedad, en las primeras horas del 25 de junio pasado nuestro hijo Michel, de 40 años de edad, recibió un trasplante de hígado completo procedente de un donante anónimo, volviendo la esperanza al resplandor de nuestros ojos porque este hijo ha vuelto a la vida de la mano de un servicio como es la Organización Nacional de Trasplantes, y por supuesto, de la mano de una familia anónima consciente del bien que aporta la donación de órganos para dar vida a quien por distintas causas necesitan de ellos.
Nuestras primeras palabras son para agradecer a esta familia, acompañarles en dolor por el fallecimiento de su familiar, que a la vez, seguirá dando vida a una persona joven que le acompañará hasta el final de sus días con la gratitud a un ser anónimo al que por estas circunstancias no podremos hacerlo de manera personal.
Gracias también, a la cantidad de personas que durante todo el proceso han tratado y atendido a nuestro hijo, personal de oficios varios de los centros: Centro de Salud de Familia, Fundación Jiménez Díaz y Hospital 12 de Octubre de Madrid. Mil gracias a todos. No queremos terminar sin animar a quienes lean esta carta para que se unan a la lista de Donantes Anónimos de Órganos, toda vez, que cuántos más seamos mayor servicio prestamos a la sociedad.
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FAMILIA ALONSO-PASCUAL - Madrid - 14/07/2008
Después de un camino tortuoso por la enfermedad, en las primeras horas del 25 de junio pasado nuestro hijo Michel, de 40 años de edad, recibió un trasplante de hígado completo procedente de un donante anónimo, volviendo la esperanza al resplandor de nuestros ojos porque este hijo ha vuelto a la vida de la mano de un servicio como es la Organización Nacional de Trasplantes, y por supuesto, de la mano de una familia anónima consciente del bien que aporta la donación de órganos para dar vida a quien por distintas causas necesitan de ellos.
Nuestras primeras palabras son para agradecer a esta familia, acompañarles en dolor por el fallecimiento de su familiar, que a la vez, seguirá dando vida a una persona joven que le acompañará hasta el final de sus días con la gratitud a un ser anónimo al que por estas circunstancias no podremos hacerlo de manera personal.
Gracias también, a la cantidad de personas que durante todo el proceso han tratado y atendido a nuestro hijo, personal de oficios varios de los centros: Centro de Salud de Familia, Fundación Jiménez Díaz y Hospital 12 de Octubre de Madrid. Mil gracias a todos. No queremos terminar sin animar a quienes lean esta carta para que se unan a la lista de Donantes Anónimos de Órganos, toda vez, que cuántos más seamos mayor servicio prestamos a la sociedad.
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