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Había una vez una chica llamada Sofía que acababa de entrar en la universidad. A pesar de estar emocionada por comenzar esta nueva etapa de su vida, se sentía un poco intimidada por el hecho de tener que interactuar con tantas personas nuevas. Sofía siempre había sido una persona solitaria y le costaba mucho trabajo hablar con otros, especialmente si no los conocía bien.
Durante las primeras semanas de la universidad, Sofía se limitó a ir a sus clases y a volver a su habitación lo más rápido posible. Ella estaba perdiendo la oportunidad de hacer amigos y de experimentar todo lo que la universidad tenía para ofrecer.
Un día, mientras caminaba por el pasillo, se topó con un anuncio en la pared que decía: "Curso de Habilidades Sociales: Aprende a comunicarte mejor". Sofía se detuvo a leerlo y se dio cuenta de que podía ser justo lo que necesitaba para salir de su caparazón y comenzar a interactuar con otras personas.
Después de mucho pensarlo, se decidió a asistir al curso. Cuando llegó al salón de clases, se encontró con el profesor del curso, un hombre amable y extrovertido llamado Daniel. Daniel era muy bueno hablando con las personas y le gustaba ayudar a otros a mejorar sus habilidades sociales.
Durante las primeras clases, Sofía se sintió muy incómoda y nerviosa. Le costaba mucho trabajo hablar en público y participar en las actividades del curso. Pero el profesor Daniel notó esto y le dedicó tiempo extra a ella, ayudándola a practicar y a ganar confianza en sí misma.
Con el tiempo, Sofía comenzó a sentirse más cómoda y segura de sí misma. Aprendió a comunicarse mejor con los demás, a leer el lenguaje corporal y a tener conversaciones interesantes. También comenzó a participar en actividades extracurriculares en la universidad y a conocer a nuevas personas.
A medida que pasaban las semanas, Sofía comenzó a sentirse más feliz y realizada que nunca. Estaba disfrutando de la universidad y se estaba haciendo amigos de verdad. Además, estaba aprendiendo muchas cosas nuevas gracias a su interacción con otras personas.
Un día, el profesor Daniel la felicitó por todo el progreso que había hecho en el curso. Sofía estaba muy agradecida por todo lo que él había hecho por ella y le dijo que le había cambiado la vida.
Con el tiempo, Sofía se graduó de la universidad y se convirtió en una mujer segura de sí misma y confiada en sus habilidades sociales. Aprendió que, aunque al principio le costara trabajo, interactuar con otras personas era una de las cosas más valiosas que podía hacer en la vida. Y todo esto, gracias a la ayuda y el apoyo del profesor Daniel.
En resumen, Sofía era una chica que tenía problemas para interactuar con los demás, pero gracias al curso de habilidades sociales y al profesor Daniel, aprendió a comunicarse mejor y a hacer amigos de verdad. Esta experiencia le cambió la vida para siempre y le enseñó que, aunque al principio algo nos asuste o nos dé miedo, podemos superar nuestros temores y aprender cosas nuevas si nos lo proponemos.
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Había una vez una chica llamada Ana, que era una estudiante universitaria muy dedicada y comprometida con sus estudios. Desde que era una niña, había sido muy tímida e introvertida, lo que le había dificultado hacer amigos y relacionarse con los demás. A pesar de que siempre había querido ser más extrovertida, no sabía cómo hacerlo.
Un día, en una de sus clases, conoció al profesor Marcos, un hombre amable y muy carismático que siempre estaba rodeado de gente. Ana se sentía intimidada por él, pero a la vez se sentía atraída por su personalidad. Decidió acercarse a él después de la clase y le preguntó cómo hacía para ser tan sociable y tener tantos amigos.
Marcos sonrió y le dijo que él también había sido una persona tímida en su juventud, pero había aprendido a desarrollar sus habilidades sociales con el tiempo. Le ofreció a Ana enseñarle algunas técnicas y estrategias para mejorar su capacidad de relacionarse con los demás.
Ana aceptó la oferta de Marcos y comenzó a trabajar con él. Al principio, le costaba mucho salir de su zona de confort y poner en práctica las técnicas que le enseñaba. Pero poco a poco, fue ganando confianza y se dio cuenta de que podía ser una persona mucho más sociable de lo que pensaba.
Marcos le enseñó a Ana la importancia de escuchar a los demás, de hacer preguntas abiertas que les permitieran hablar sobre sí mismos y de mantener el contacto visual cuando estaba conversando con alguien. También le enseñó a leer el lenguaje corporal de las personas y a adaptar su comportamiento en función de las situaciones.
Con el tiempo, Ana empezó a aplicar estas técnicas en su vida cotidiana. Descubrió que era más fácil hacer amigos de lo que pensaba y que la gente estaba dispuesta a conocerla si ella se mostraba interesada en ellos. Empezó a participar en actividades universitarias y a asistir a eventos sociales, lo que le permitió conocer a mucha gente nueva.
Lo más sorprendente para Ana fue que no solo mejoró sus habilidades sociales, sino que también se sintió más feliz y más segura de sí misma. Descubrió que relacionarse con los demás era una fuente de alegría y de aprendizaje, y que no debía tener miedo de salir de su zona de confort.
Al final del semestre, Ana se acercó a Marcos para agradecerle por todo lo que había hecho por ella. Le dijo que había aprendido mucho de él y que se sentía mucho más feliz y segura de sí misma. Marcos sonrió y le dijo que estaba muy orgulloso de ella, y que siempre estaría allí para ayudarla en lo que necesitara.
Desde ese día, Ana se convirtió en una persona más segura, más sociable y mucho más feliz. Aprendió que no hay nada de malo en ser tímido, pero que siempre hay oportunidades para aprender y mejorar nuestras habilidades sociales. Y gracias a su profesor Marcos, descubrió un mundo nuevo de posibilidades y oportunidades que nunca antes había imaginado.
Habilidades Sociales Básicas y Avanzadas
Las habilidades sociales son un conjunto de habilidades que permiten a las personas interactuar eficazmente con los demás y resolver conflictos de manera constructiva. Las habilidades sociales se dividen en dos categorías: habilidades sociales básicas y habilidades sociales avanzadas.
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Las habilidades sociales básicas son las habilidades necesarias para establecer relaciones interpersonales saludables. Estas habilidades incluyen la capacidad para escuchar, hablar y actuar de manera efectiva y apropiada. A continuación se presentan las habilidades sociales básicas:
Comunicación verbal: La capacidad de hablar con claridad y coherencia y escuchar con atención.
Comunicación no verbal: La capacidad para comunicar a través del lenguaje corporal, expresiones faciales y tono de voz.
Empatía: La capacidad para entender y sentir las emociones de los demás.
Cooperación: La capacidad para trabajar juntos para lograr un objetivo común.
Solución de problemas: La capacidad para encontrar soluciones efectivas a problemas y conflictos.
Autocontrol: La capacidad para controlar las emociones y comportamientos impulsivos.
Autoestima: La capacidad para valorarse a sí mismo y reconocer las fortalezas personales.
Las habilidades sociales avanzadas son habilidades más complejas que permiten a las personas interactuar de manera efectiva en situaciones sociales más desafiantes. Estas habilidades incluyen la capacidad para persuadir, negociar y liderar. A continuación se presentan las habilidades sociales avanzadas:
Persuasión: La capacidad para influir en la opinión o comportamiento de los demás.
Negociación: La capacidad para llegar a un acuerdo o solución satisfactoria para ambas partes.
Liderazgo: La capacidad para guiar y motivar a otros hacia un objetivo común.
Manejo de conflictos: La capacidad para resolver conflictos de manera efectiva.
Habilidades interculturales: La capacidad para interactuar con personas de diferentes culturas.
Habilidades de presentación: La capacidad para comunicar ideas de manera efectiva a un público.
Cómo entrenar las habilidades sociales
Existen varias formas de entrenar las habilidades sociales. Una forma es a través de la terapia cognitivo-conductual (TCC), que se enfoca en cambiar los patrones de pensamiento y comportamiento negativos. La TCC puede ayudar a las personas a identificar los pensamientos negativos que los impiden interactuar efectivamente con los demás y reemplazarlos con pensamientos más positivos.
Otra forma de entrenar las habilidades sociales es a través de la exposición. La exposición implica enfrentar situaciones sociales temidas de manera gradual y sistemática. Esto puede ayudar a las personas a superar su ansiedad social y mejorar su capacidad para interactuar con los demás.
Además, se pueden utilizar técnicas de role-playing y prácticas en grupo para mejorar las habilidades sociales. Estas técnicas pueden ayudar a las personas a practicar la comunicación efectiva, la empatía, la solución de problemas y otras habilidades sociales.
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Bibliografía
Roca, E. (2014). Cómo mejorar tus habilidades sociales. Valencia: ACDE.
Tea Ediciones. (s.f.). Escala de Habilidades Sociales.
Villasana, N., y Dorrego, E. (2007). Habilidades sociales en entornos virtuales de trabajo colaborativo. RIED, 10(2), 45-74.
Artículo destacado: "Las 10 habilidades comunicativas básicas" https://psicologiaymente.com/social/habilidades-comunicativas-basicas
Habilidades sociales en Engagement y desempeño académico en estudiantes universitarios
*El logro de un comportamiento académico óptimo requiere interés y compromiso activo del estudiante, pero pueden surgir situaciones adversas que no necesariamente afectan el rendimiento. Adicionalmente, la presencia de múltiples factores protectores puede contribuir con un adecuado desempeño y bienestar psicológico. Aun cuando los resultados académicos no sean los esperados; es importante valorar y sentirse comprometido emocionalmente con los estudios, demostrando vigor, energía, dedicación, entusiasmo y concentración; ello permitirá una mejor disposición al aprendizaje, previniendo conductas desadaptativas que incrementen la vulnerabilidad del estudiante. http://www.scielo.org.pe/scielo.php?pid=S2219-71682020000100077&script=sci_arttext
Las habilidades sociales y sus diferencias en estudiantes universitarios
*Por carrera, las diferencias fueron en habilidades de comunicación, los estudiantes de Psicología puntuaron más alto que los de ingeniería Química. Se concluyó que las habilidades sociales son necesarias para tener relaciones interpersonales satisfactorias y un desempeño profesional óptimo.
Las habilidades sociales y sus diferencias en estudiantes
universitarios (medigraphic.com)
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