La monitorización MEMS (sistema de registro electrónico de medicamentos, por sus siglas en inglés) es una herramienta de seguimiento de la adherencia al tratamiento farmacológico. Se basa en el uso de un dispositivo electrónico que se acopla al envase de los medicamentos y registra la fecha y hora de apertura del mismo. Esto permite obtener información objetiva sobre la frecuencia y el momento en que los pacientes toman sus medicamentos, lo que puede ser útil para evaluar su adherencia al tratamiento. La monitorización MEMS se ha utilizado en diversas áreas de la medicina, como la atención primaria, la farmacología clínica, la psiquiatría y la oncología, entre otras. En particular, ha demostrado ser una herramienta efectiva en el tratamiento de enfermedades crónicas como la diabetes, la hipertensión arterial y el VIH/SIDA, entre otras.
Algunas de las ventajas de la monitorización MEMS son:
Proporciona información objetiva: La monitorización MEMS registra automáticamente el momento en que se abre el envase de medicamentos, lo que proporciona información objetiva sobre la adherencia del paciente.
Ayuda a identificar patrones de incumplimiento: La información recopilada por el MEMS permite identificar patrones de incumplimiento del tratamiento, como saltarse dosis o tomar el medicamento fuera del horario prescrito.
Facilita la comunicación entre el paciente y el médico: La información obtenida por la monitorización MEMS puede ser utilizada por el médico para evaluar la adherencia del paciente y discutir los problemas relacionados con el tratamiento.
Puede mejorar la adherencia al tratamiento: Al proporcionar información objetiva y facilitar la comunicación entre el paciente y el médico, la monitorización MEMS puede mejorar la adherencia al tratamiento.
Sin embargo, también existen algunas limitaciones en el uso de la monitorización MEMS, como el costo del dispositivo, la necesidad de baterías y la necesidad de que el paciente se acostumbre a su uso.
En resumen, la monitorización MEMS es una herramienta útil para el seguimiento de la adherencia al tratamiento farmacológico. Puede proporcionar información objetiva, ayudar a identificar patrones de incumplimiento, facilitar la comunicación entre el paciente y el médico y mejorar la adherencia al tratamiento. Aunque existen algunas limitaciones, su uso puede mejorar la eficacia del tratamiento y la salud del paciente.