No pasará mucho tiempo para que grandes centros sanitarios estén
dirigidos por enfermeras.
EMILIO LOSA, presidente del Colegio de
Enfermería de Asturias
En las últimas cuatro décadas, la profesión enfermera ha experimentado
un salto cualitativo y cuantitativo tanto en el panorama sanitario como
en el social, no sólo en nuestro país sino en todo el mundo,
especialmente en la Unión Europea. Son muy pocas las profesiones que
pueden vanagloriarse de contar con un marco competencial tan amplio y
todavía con grandes expectativas de desarrollo, gracias a la reforma
universitaria consensuada en Bolonia.
Con los nuevos planes de estudio, pronto saldrán de las universidades
españolas, las primeras promociones de graduados en Enfermería. El grado
permitirá acceder a un curriculum universitario más ambicioso tanto en
el plano académico como en el profesional. El master y el doctorado en
Enfermería abrirán las puertas a nuevas competencias y a gestionar un
nuevo modelo enfermero tanto en la docencia como en la investigación,
así como en la gestión de los recursos sanitarios del Sistema Nacional
de Salud. Ya comienzan a verse, perdida la invisibilidad de la profesión
en el sistema sanitario, a profesionales de Enfermería en puestos de
responsabilidad, al máximo nivel, tanto en Atención Primaria como en los
centros hospitalarios. No pasará mucho tiempo en que habrá enfermeras
dirigiendo grandes centros sanitarios, como ya viene siendo habitual en
otros países de nuestro entorno.
PASAR en menos de 40 años del Ayudante Técnico Sanitario (ATS) al
Diplomado en Enfermería y ahora al grado significa en toda regla una
auténtica revolución no solo académica sino profesional. La sociedad
española se muestra satisfecha con el papel que desempeñan nuestros
profesionales, capacitados y formados como uno de los pilares esenciales
del sistema sanitario. A partir de ahora, aumentarán su marco
competencial abarcando nuevas parcelas, asumiendo un mayor rol en todas
las esferas de la sanidad y ganando visibilidad ante la sociedad. Sería
contraproducente no beneficiarnos del capital formativo y del talento de
una profesión que se encuentra en la cúspide entre todos los países de
Europa, como se nos viene diciendo desde la Organización Mundial de la
Salud o de países como Gran Bretaña que demandan más enfermeras
españolas mejores cualificadas y con mayores experiencias en muchos
campos de la salud.
Sin embargo, existen algunos puntos negros en la profesión a causa de la
excesiva burocratización del sistema sanitario. Nadie entiende que a
pesar de iniciativas aprobadas en el Congreso de los Diputados y en el
Senado por todos los grupos parlamentarios todavía siguen sin
desarrollarse las especialidades de enfermería. Con ella se cerrará el
marco competencial de la profesión. La lentitud de los ministerios de
Sanidad y Educación está frenando las expectativas de muchos
profesionales a dotarse de una especialidad y al propio sistema
sanitario de nutrirse con un marco de especialidades moderno y adecuado a
las necesidades tanto de la sanidad como de sus ciudadanos, que son, al
fin y al cabo, los que se benefician de una mayor especialización de
sus profesionales. Confiemos en que pronto sea una realidad y la
profesión enfermera pueda acceder a un abanico de especialidades dentro
del Servicio Nacional de la Salud.
QUIZÁ sea la prescripción enfermera la que resume el gran avance de la
profesión. En los últimos años se ha librado una gran batalla tanto en
los medios de comunicación como en el ministerio y en el Parlamento para
superar viejas ideas sobre el papel de la profesión de Enfermería en la
Sanidad. Al final, ha imperado la sensatez y se ha impuesto la razón.
Enfermería, con la Ley de la Ordenación de las Profesiones Sanitarias,
desempeña una función y cuenta con un marco competencial que les permite
prescribir ciertos medicamentos a los usuarios, liberando a otros
profesionales en el desempeño de ésta actividad.
No se puede poner puertas al campo, la Sanidad requiere una progresiva
innovación y no podemos pensar que los profesionales de hoy y del mañana
estarán atados por normas anquilosadas en el tiempo. El dinamismo
investigador, la gestión de los escasos recursos --y más en tiempo de
crisis-- no nos permiten cerrar los ojos ante el avance de profesiones
como la enfermería, con un gran caudal formativo y académico, que estará
siempre en primera línea de la Sanidad, abriendo nuevas fronteras
competenciales. Y siempre pensando en el usuario.
http://www.lavozdeasturias.es/noticias/noticia.asp?pkid=552771
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