3/02/2009

Una película dura, tierna y con final feliz...







UN BUEN RETRATO DE LA GLOBALIZACION

La película está dividida en dos. La primera parte es toda la infancia de los niños, que hacen un viaje desde un basurero, y topan con explotadores y abusadores de niños. El retrato de esta India es desolador y tiene un efecto por demás impactante en el espectador que pronto se da cuenta que por más que corran no hay salida de sus circunstancias pues cada vez que huyen de un lugar, se encuentran con ladrones, mafiosos y policía corrupta. Una India donde sólo el más cruel y fuerte sobrevive y donde no hay lugar para dos niños que deben crecer de inmediato para poder subsistir. El director y los dos chicos hacen un trabajo impecable, que es digno de ser visto una y otra vez.

La segunda parte inicia cuando sabemos sobre el amor perdido de Jamal, Latika (Freida Pinto) y su insistencia por recuperarla. Poco a poco vamos olvidando la India paupérrima y nos acercamos más a una historia intrascendente y demasiado perfecta, un romance por demás idealizado que lo vuelve un cuento de hadas. Es una lástima que la historia de amor le quite ese ritmo de denuncia que tan buenos resultados daba al principio (aunque esto le asegura un éxito comercial que no obtendría de otra manera). Sin embargo no todo está perdido, pues es aquí dónde podemos ver un poco más acerca de la corrupción que rodea a estos concursos que están diseñados para que el participante no gane.

Cabe resaltar que como la historia es narrada en retrospectiva, el director tiene la oportunidad de contar la vida de estos muchachos en diferentes edades. Esto da como resultado que veamos tres actores por cada uno de los tres personajes centrales. Cada uno de ellos hace un trabajo excepcional, pero quienes sin lugar a dudas se roban la película son los jóvenes hermanos de no más de 7 años, su actuación es sublime y conmovedora. La fotografía es otro personaje, dándonos tomas por demás maravillosas de las ciudades visitadas y de uno que otro edificio característico del país en cuestión; un trabajo por demás estupendo.

La banda sonora es una esquicités, no sólo por permitirnos conocer sonidos que no son del todo familiares en este lado del mundo, sino que prueban que la música es un personaje adicional. A.R. Rahman hizo una labor estupenda mezclando sonidos de la India pero modernizados con mixes y featurets de diferentes personajes de la actualidad que hacen a la banda sonora un deleite por ella sola.

"Slumdog Millionaire" es de esas producciones que brillan por sus aciertos y nos envolverán con su historia.
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La India ha recibido como héroes a los niños protagonistas de la película Slumdog Millionaire, ganadora de 8 oscars en la pasada edición de los Premios de la Academia.

Tras visitar Los Angeles y Disneyland, los pequeños han vuelto a su poblado de Bombay, un barrio pobre del que saldrán gracias a la película.

El gobierno indio ha decidido regalarles un piso tras el éxito de la película en la gala de los Oscars. De esta forma, sus familias tendrán casa y ellos, educación, ya que también están recibiendo ayudas para su formación académica.

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Del poblado chabolista a los Oscar y de vuelta a una casa mejor. Los niños actores de Slumdog millionaire viven realmente como en la película: en un barrio de Bombay donde no hay ni agua ni electricidad. Ahora, tras el gran éxito de la cinta de Danny Boyle, las autoridades de India les han regalado nuevas casas "por traer el éxito al país".

Rubina Ali, de nueve años, que interpreta a Latika de niña, y Azharuddin Ismail, de 10, que hace de Salim, fueron descubiertos por cazadores de talentos en la barriada y allí han vivido hasta viajar a Hollywood. No volverán. "Los niños han hecho mucho por la nación y por eso debemos darles las casas", anunció ayer Amarjeet Singh Manhas, presidente de la asociación para la vivienda. La decisión del Gobierno, a pocos meses de las elecciones, ha sido criticada por "populista" .

Las familias de los niños están encantados. "Estamos felices por tener un techo para dormir", aseguró el padre de Rubina, Rafiq Quresi. Su chabola ha sido demolida ya un par de veces. Aunque en las barriadas también hay estructuras bien construidas, otras se hacen con maderas, plásticos o láminas y se levantan en lugares ilegales. La chabola de Azharuddin también fue derribada en una ocasión. Su padre, Mohammed, está enfermo de tuberculosis. "Los productores de la película nos dieron poco dinero. De hecho, lo que nos dieron ya lo gastamos", aseguró.

En India ha surgido el debate sobre si los niños fueron explotados. Rubina recibió 570 euros, y Azharuddin, 1.900. Por un año de trabajo. Boyle y los productores lo niegan y aseguran que les han conseguido educación y fondos para su futuro.

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