3/13/2009

El seudónimo y algo de retórica


¿Quién en su sano juicio puede elegir trabajar cuando su familia, amigos y vecinos duermen o disfrutan del "finde"? Es como desfilar siempre con el paso cambiado, aunque se termine uno por acostumbrar y por cogerle el gustillo. Algo peor se lleva lo de almorzar dos días a la una, dos a las cuatro, dos no almorzar porque te acabas de levantar,... Y no digamos ya convivir cada día con las miserias humanas... De esto último no daremos mucho detalle, por el momento, que todos tenemos nuestro estómago. Dicen las compañeras estudiadas y leídas que todo esto de la Enfermería Moderna empezó hace ya tiempo con una señora mayor llamada Florence Nightingale, que tenía la costumbre de pasearse por las grandes salas de los hospitales decimonónicos por la noche con una linterna de carburo. Hoy en día las linternas tienen pilas pero seguimos paseándonos igualmente de noche por los pasillos de los hospitales, aunque quienes dirigen el cotarro de la profesión se paseen con luz del día siempre, portando carpetas de aquí para allá, habiendo cambiado el uniforme por el traje sastre y la sala de hospital por la de conferencias o la de reuniones. No he podido resistir la tentación de traducir el nombre de aquella señora y ponérmelo de nick por lo cachondo que resulta, lo que viene bastante bien para este blog que pretende ironizar y desmitificar un poco (ya está bien de tanta pedante en las alturas) la profesión y sus entresijos.

Florencio Ruiseñor

http://jeringaman.blogspot.com/

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