1/09/2009

Rabindranath Tagore.


La verdadera amistad es como la fosforescencia, resplandece mejor cuando todo se ha oscurecido.

Cuando mi voz calle con la muerte, mi corazón te seguirá hablando.

Si lloras por haber perdido el sol, las lágrimas no te dejarán ver las estrellas.


El Amor es el significado ultimado de todo lo que nos rodea. No es un simple sentimiento, es la verdad, es la alegría que está en el origen de toda creación.

Aunque le arranques los pétalos, no quitarás su belleza a la flor.


Cada criatura, al nacer, nos trae el mensaje de que Dios todavía no pierde la esperanza en los hombres.

Si cerráis la puerta a todos los errores, también la verdad se quedará fuera.

El bosque sería muy triste si sólo cantaran los pájaros que mejor lo hacen.

¡He perdido mi gotita de rocío!, dice la flor al cielo del amanecer, que ha perdido todas sus estrellas.


La verdad no está de parte de quién grite más.

El hombre en su esencia no debe ser esclavo, ni de si mismo ni de los otros, sino un amante. Su único fin está en el amor.

Dormía..., dormía y soñaba que la vida no era más que alegría. Me desperté y vi que la vida no era más que servir... y el servir era alegría.

¡Cómo pinta el deseo los colores del iris en las nieblas de la vida!

No es tarea fácil dirigir a hombres; empujarlos, en cambio, es muy sencillo.


Déjame sólo un poco de mí mismo para que pueda llamarte mi todo.

Hacer preguntas es prueba de que se piensa.

La poesía es el eco de la melodía del universo en el corazón de los humanos.

Convertid un árbol en leña y podrá arder para vosotros; pero ya no producirá flores ni frutos.

El que se ocupa demasiado en hacer el bien no tiene tiempo de ser bueno.

Para los hombres, aceptar es dar; para las mujeres, dar es recibir.

Es fácil hablar claro cuando no va a decirse toda la verdad.

La vida es la constante sorpresa de saber que existo.

Agradezco no ser una de las ruedas del poder, sino una de las criaturas que son aplastadas por ellas.

Qué pequeña eres brizna de hierba. Sí, pero tengo toda la Tierra a mis pies.

Cada niño que viene al mundo nos dice: "Dios aún espera del hombre".

La fe engaña a los hombres, pero da brillo a la mirada.

Leemos mal el mundo, y decimos luego que nos engaña.

La tierra es insultada y ofrece sus flores como respuesta.

Llevo dentro de mí mismo un peso agobiante: el peso de las riquezas que no he dado a los demás.

Llevo en mi mundo que florece todos los mundos que han fracasado.

Sólo yo tengo el derecho de corregir, pues sólo puede castigar quien ama.

Como un mar, alrededor de la soleada isla de la vida, la muerte canta noche y día su canción sin fin.

Los hombres son crueles, pero el hombre es bueno.

Tú no ves lo que eres, sino su sombra.

El hombre se adentra en la multitud por ahogar el clamor de su propio silencio.

Engarza en oro las alas del pájaro y nunca mas volará al cielo.

La verdad levanta tormentas contra sí que desparraman su semilla a los cuatro vientos.

La patria no es la tierra. Sin embargo, los hombres que la tierra nutre son la patria.

No hay más que una historia: La historia del hombre. Todas las historias nacionales no son más que capítulos de la mayor.

El benefactor llama a la puerta, pero el que ama la encuentra abierta.

No hay comentarios: