5/03/2006

VOCACIÓN

Yo no creo que la base fundamental de nuestra
profesión sea la VOCACIÓN.
Nuestra base como profesionales no puede ni debe estar en esa vocación de
la cuidadora de género en cuya identidad se siguen confundiendo la dimensión
maternal con todo lo que tenga que ver con los cuidados, o el no menos
manido estereotipo de la cuidadora religiosa.
La dialéctica es un arma de muchos filos, no solo doble y somos nosotras
mismas las que en algunos casos, entramos en contraposición de lo que
preconizamos como del siglo XXI y lo que subyace en nuestros pensamientos.

¿Dónde está nuestra conciencia crítica?

El considerar nuestra profesión como puramente vocacional, no ha sido más
que un lastre que nos ha impedido reclamar más medios económicos para cuidar
mejor, nos ha impedido reclamar más sueldo porque por nuestra categoría
académico profesional y los servicios que prestamos de alta calidad nos lo
merecemos y nos ha impedido hacernos un hueco grande en la sociedad, nos
ha impedido tener una visión institucionalizada de nuestra profesión y ser
diana fácil para los ataques de una sociedad patriarcal.

Así con la cantinela de la vocación, nos encontramos con un montón de
mujeres sufridoras, que se han creído que el cuidar viene en los genes,
que las horas que echamos en un hospital es una continuación de lo que hacen
muchas mujeres en su casa, de una forma sumisa y como si les hubiera caído
del cielo esa bendición, ese seguir cuidando de todos, de forma casi
altruista y a cualquier hora, como sea, por el bien de los enfermos.
Quizás sea la explicación del por qué no se reclaman mejoras laborales o
de gestión para poder realizar mejor nuestro trabajo, ni se lucha por un
ratio enfermera-enfermo decente, eficaz y eficiente, se aguante con la
discriminación de otros colectivos .

Si estamos hablando de Modelos y metodología aplicada según esos modelos,
si nuestros objetivos y métodos tienen un fundamento científico, tenemos una
preparación universitaria, tratamos de hacer investigación y que la EBE
llegue a la asistencia, no deberíamos estar dando vueltas todavía a las
palabras escritas en mayúscula, porque las palabras y la dialéctica
también atan y estar atadas a la "vocación" de la enfermera, paraliza bastante.

La utilización del tacto, la mirada, el sentido del humor, el silencio, la
comunicación afectiva, el cariño, la simpatía, la empatía, la risa, la
sonrisa no son más que útiles herramientas para conseguir nuestros
objetivos, no tienen nada que ver con la vocación.

A modo de broma o no, puedo decir que son habilidades que utilizan muchos
vendedores de coches y nunca jamás de los jamases he oído decir que ser
vendedor de coches es algo vocacional.

Yo puedo utilizar todos mis conocimientos y mis habilidades para conseguir
disminuir la ansiedad, aumentar el apetito, favorecer el sueño, disminuir
el dolor, borrar el miedo y el temor, conseguir que caminen, llevo años
haciéndolo y no soy una enfermera vocacional y desde siempre he querido
considerarme como enfermera profesional.

Saludos a todos y todas.
Ana Moreno.

Creo que lo de vocacional, ya no se está usando demasiado para el
reclutamiento de estudiantes de enfermería...antes SI que se usaba esta

palabra y concepto como: espíritu de sacrificio y abnegación al hacer una
labor que otros no aguantan o que encuentran desagradable, además de la
penosidad y peligro que se corre en determinados momentos...

Hoy en día creo que nos desvinculamos de esta forma de pensar y queremos que
la profesionalidad esté por encima de todo...pero, el dar la mano, ponerse
en el lugar de los demás etc...NO sólo son técnicas, tb son formas de sentir
y de vivir...recordemos esto...no es sólo de enfermer@s , sino de la
sensibilidad de los seres humanos como especie...

salu2

Fco.